3 intentos de suicidio, 4 momentos melancólicos, 1 instante interminable, 13 llamadas perdidas, y más de 100 lagrimas, me hicieron comprender que es inevitable que no se puede olvidar ni siquiera negar el hecho de que estoy mal, no me importa gritarlo pero me expreso mejor escribiendo, y si, tal vez estoy llorando , pero que importa, llorar es parte de la vida y de mi existencia. No es que me guste estar así es que simplemente no conozco otra manera de estar, busque y encontré dos maneras de olvidar pero las dos me pedían querer en verdad olvidarte y en verdad no sé si quiero olvidarte, y después que pasa...
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